Un cráneo humano de 700.000 años encontrado en Grecia rompe por completo la teoría de fuera de África

Un cráneo humano de 700.000 años encontrado en Grecia rompe por completo la teoría de fuera de África

La «cueva de la roca roja», conocida como la «cueva de Petralona» en Grecia, fue descubierta en 1959 y ha destacado como la más importante entre las 12,000 cuevas del país. Con una extensión de 10,400 m2, la caverna presenta una riqueza geológica y antropológica, repleta de estalactitas, estalagmitas, cortinas, escudos, columnas y otras formaciones. Su importancia radica en la abundancia de fósiles, albergando una de las colecciones más ricas de Europa, y en el hallazgo de los restos humanos más antiguos de Grecia, datados hace aproximadamente 50 años.

El descubrimiento de la cueva se inició cuando residentes de Petralona encontraron un extraño agujero en la base de la colina Katsika. Tras descender con una cuerda, recuperaron huesos petrificados que presentaron al profesor Petros Kokkoros de la Universidad Aristóteles de Tesalónica. La excavación posterior reveló pasajes y artefactos, culminando en el hallazgo más importante en 1960: un cráneo humano fosilizado, datado en unos 200,000 años y considerado un eslabón clave en la evolución humana, desde Homo erectus hasta Homo sapiens.

Aunque la cueva aún no ha sido completamente explorada, un túnel artificial permite a los turistas apreciar las formaciones y dos ejemplos de arte rupestre: un oso y personas comiendo. La pregunta sobre si la cueva fue habitada originalmente sigue sin respuesta, pero la paleontóloga Dra. Evangelia Tsoukala sugiere que futuras investigaciones internacionales y nuevas técnicas proporcionarán respuestas.


La región de Halkidiki, donde se ubica la cueva, continúa siendo una fuente constante de fósiles. Además, la cercanía de un Museo Antropológico exhibe más de 2,500 hallazgos, incluyendo herramientas de piedra, hueso y mamíferos petrificados. La colección, que incluye la famosa Calavera de Petralona, se presenta en el Museo de Geología y Paleontología de la Universidad Aristóteles. Estos descubrimientos ofrecen una visión valiosa no solo del pasado humano, sino posiblemente también del futuro.

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