Los restos esqueléticos encontrados de un reptil marino de 100 millones de años podrían desbloquear la investigación prehistórica

Los restos esqueléticos encontrados de un reptil marino de 100 millones de años podrían desbloquear la investigación prehistórica

El descubrimiento del esqueleto de un joven pleiosaurio de cuello largo, conocido como elamsaurus, en Australia, ha generado una gran emoción entre los investigadores y ofrece la esperanza de obtener evidencia importante sobre la vida prehistórica.

El esqueleto, que tiene unos 6 metros de altura, fue encontrado por cazadores de fósiles aficionados en una estación ganadera en Queensland en agosto del año pasado. Los elasmosaurios, parientes de los pleiosaurios, eran criaturas marinas gigantes que medían entre 8 y 10 metros de largo y habitaron el mar de Eromanga hace aproximadamente 150 millones de años, cuando gran parte del interior de Australia estaba cubierto por aguas de hasta 50 metros de profundidad.

El curador principal de paleontología del Museo de Queensland, Espen Knutsen, comparó este descubrimiento con la Piedra Rosetta, ya que podría ser fundamental para la investigación futura en el campo de la paleontología. Hasta ahora, los paleontólogos habían encontrado principalmente fragmentos de cuerpos de pleiosaurios, lo que dificultaba la comprensión de estos reptiles marinos prehistóricos. El hallazgo de un esqueleto casi completo, que incluye el cuerpo y la cabeza, ofrece la oportunidad de obtener conocimientos sustanciales sobre el origen, la evolución y la ecología de esta criatura durante el período Cretácico en la región.


Uno de los desafíos para los paleontólogos es que los cuellos de los pleiosaurios representaban dos tercios de sus cuerpos, y la cabeza a menudo se separaba del cuerpo después de su muerte, lo que hacía raro encontrar un fósil completo.

Este espécimen en particular se encuentra en buenas condiciones, lo que permitirá a los investigadores llevar a cabo pruebas químicas en los dientes para obtener información sobre la ecología del entorno en el que vivió, si migró durante su vida y detalles sobre su dieta. Aunque los reptiles marinos antiguos como los pleiosaurios y los ictiosaurios coexistieron con los dinosaurios en la misma época, no se clasifican como dinosaurios.

Los plesiosaurios eran descendientes de especies terrestres y, por lo tanto, carecían de branquias, lo que requería que ocasionalmente emergieran a la superficie para respirar. Aún no se sabe cuánto tiempo podían permanecer bajo el agua.

En resumen, este emocionante hallazgo de un esqueleto de pleiosaurio casi completo podría proporcionar valiosa información sobre la vida prehistórica y arrojar luz sobre la ecología y el comportamiento de estas criaturas marinas gigantes que habitaron las aguas de Australia hace aproximadamente 100 millones de años.

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