
En un cueva funeraria de Jerusalén encontró una tumba de una cortesana griega de 2.300 años de antigüedad
Arqueólogos en Israel han hecho un descubrimiento intrigante en una cueva funeraria cerca de Kibbutz Ramat Rachel, cerca de Jerusalén. Los restos cremados de una joven acompañados de un espejo de caja de bronce extremadamente bien conservado han sido identificados como pertenecientes a una posible cortesana griega. La tumba, que data de entre finales del siglo IV y principios del siglo III a.C., representa un hallazgo significativo y único.

El equipo de arqueólogos de la Universidad de Tel Aviv y la Autoridad de Antigüedades de Israel cree que este descubrimiento podría ser el primer caso de restos de una hetaira, el término griego para una cortesana. La investigación sugiere que esta mujer acompañaba a un funcionario del gobierno helenístico o, posiblemente, a un alto general.
La época helenística, que abarca desde la muerte de Alejandro Magno en el 323 a.C. hasta la conquista de Egipto por Roma en el 30 a.C., podría haber sido el período en el que la mujer llegó a la región.

El espejo encontrado en la tumba es especialmente notable, ya que es el segundo de su tipo descubierto en Israel y uno de los 63 conocidos en el mundo helenístico. Los espejos de caja plegables como este a menudo estaban decorados con grabados o relieves de figuras femeninas o diosas idealizadas.
Se cree que las mujeres de alto estatus podían recibir espejos de este tipo como parte de su dote, pero en este caso, dado que la mujer fue cremada y raramente las mujeres casadas dejaban sus hogares en Grecia, se sugiere que era una cortesana.
Las hetairai eran consideradas «musas» y desempeñaban un papel más allá de la compañía sexual, proporcionando elementos culturales a la sociedad griega. Los regalos, como los espejos, formaban parte de la economía de regalos de la Antigua Grecia.
Además, la práctica de la cremación de la mujer sugiere que no era originaria de la región, ya que la cremación no estaba relacionada con la religión judía ni con el Imperio Persa que ocupaba el área en ese momento. Los arqueólogos creen que la tumba podría estar relacionada con campañas militares de la época de Alejandro Magno o un poco después.

El hallazgo de cuatro clavos de hierro junto al espejo y los restos revela un elemento de protección tanto para los difuntos como para los vivos, ya que los clavos se utilizaban para asegurar que los muertos no regresaran al mundo de los vivos.
El equipo de investigadores continúa estudiando el espejo y los detalles finos del hallazgo, con la esperanza de arrojar más luz sobre su origen y la historia de la propietaria, posiblemente un general o alto funcionario de la época helenística.