
Cráneo alargado de 1.600 años de antigüedad con dientes incrustados de piedra fue encontrado en ruinas de México
Arqueólogos en México han hecho un fascinante descubrimiento: el esqueleto de una mujer de 1.600 años de antigüedad con un cráneo alargado y dientes incrustados con minerales. Este hallazgo sugiere que ella pertenecía a la élite de su sociedad y es uno de los casos más extremos de deformación craneal jamás registrados.

El equipo de investigación, liderado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México, encontró los restos en las ruinas de Teotihuacán, una antigua civilización que existió entre los siglos I y VIII d.C. La mujer fue bautizada como La Mujer de Tlailotlacan, por el lugar donde fue encontrada. Su cráneo, alargado de manera extrema, es una técnica común en el sur de Mesoamérica pero inusual en la región central donde fue hallada.
Además de la deformación craneal, la mujer tenía sus dos dientes superiores incrustados con piedras de pirita, un mineral que se asemeja al oro a simple vista, y un diente inferior falso hecho de serpentina, lo que sugiere que podría haber sido una extranjera en la antigua ciudad.

Los detalles sobre cómo se realizaron estas modificaciones corporales hace 1.600 años y su propósito aún no se conocen, pero en otras culturas, como la maya, la deformación craneal artificial se hacía en la infancia mediante ataduras para indicar estatus social.
En 2009, se encontraron restos de nativos americanos de 2.500 años con gemas incrustadas en sus dientes, lo que sugiere prácticas dentales sofisticadas. Es posible que se utilizara algún tipo de anestésico a base de hierbas para aliviar el dolor durante el proceso.
Es importante destacar que estos hallazgos aún no han sido publicados en una revista revisada por pares, por lo que la comunidad científica está esperando más detalles. Este descubrimiento se suma a otros recientes en la arqueología, como los restos de un «hobbit» de 700.000 años en Indonesia y un posible hueso del cráneo de Buda en China.

En resumen, el esqueleto de La Mujer de Tlailotlacan ofrece una visión intrigante de las prácticas culturales y sociales de una civilización antigua en México, con su cráneo alargado y dientes decorados con minerales, aunque los detalles específicos sobre estas prácticas y su significado aún están por descubrirse. El mundo de la arqueología continúa revelando secretos del pasado que nos permiten comprender mejor nuestra historia y evolución como sociedad.