
Arqueólogos en Dinamarca desenterraron una momia de 2400 años conocida como el hombre tollund
El 6 de mayo de 1950, los trabajadores Viggo y Emil Hojgaard, que se dirigían al pantano de Bjældskovdal en Dinamarca, hicieron un descubrimiento sorprendente: un cuerpo sumergido en el lodo, a unos 10 pies bajo el agua. A primera vista, las expresiones faciales del cuerpo eran tan realistas que los trabajadores pensaron que habían encontrado una víctima reciente de un asesinato. Sin embargo, estaban frente a uno de los cuerpos más antiguos del mundo.

El cuerpo fue llamado «Hombre de Tollund» en honor a la aldea donde fue hallado. Este cadáver, que databa de alrededor del 3900 a.C. durante la Edad del Hierro, yacía desnudo en posición fetal, con un gorro de piel de oveja y una correa de lana bajo la barbilla. Aunque no tenía pantalones, llevaba un cinturón. Sorprendentemente, el análisis reveló que había sido ahorcado, ya que había una soga de piel de animal trenzada alrededor de su cuello.
A pesar de la brutalidad de su muerte, el Hombre de Tollund parecía tranquilo en su postura, con los ojos ligeramente cerrados y los labios fruncidos como si estuviera recitando una oración secreta. Los arqueólogos sugirieron que estos cuerpos, encontrados en pantanos en toda Dinamarca, eran sacrificios rituales a los dioses. Los análisis químicos revelaron que algunos de estos cuerpos habían viajado desde lejos, lo que sugiere que eran considerados de gran valor.

Los pantanos ofrecían un ambiente especial de conservación. La turba y el ácido húmico resultante preservaban los cuerpos, incluso con detalles como cabello, uñas y expresiones faciales. Los cuerpos eran colocados en el agua fría durante el invierno o la primavera temprana, lo que permitía que los ácidos saturaran los tejidos y detuvieran la descomposición. Sin embargo, los ácidos también destruían el ADN humano, dificultando los estudios genéticos.
A pesar de estas limitaciones, los análisis de los restos proporcionaron información interesante. El Hombre de Grauballe había comido una papilla de numerosas plantas, mientras que el Hombre de Croghan, encontrado en Irlanda, tenía una dieta rica en carne, granos y productos lácteos.

En resumen, el descubrimiento del Hombre de Tollund y otros cuerpos en pantanos daneses revela prácticas rituales antiguas y cómo el entorno de los pantanos contribuyó a su conservación única. Estos sacrificios humanos enriquecen nuestra comprensión de las creencias y prácticas de sociedades prehistóricas, aunque también plantean desafíos para el estudio genético debido al proceso de conservación.